Los primeros meses con un bebé recién nacido son un torbellino de emociones, aprendizajes y ajustes.
Durante este periodo tan delicado, muchas decisiones se toman con base en la intuición, el cansancio o el consejo de personas cercanas.
Sin embargo, también es un momento en el que ciertos errores o prácticas pueden afectar el bienestar del bebé y la salud emocional de los padres.
Saber qué evitar puede ayudarte a vivir esta etapa con mayor tranquilidad y seguridad.
No ignorar tu instinto parental
Uno de los errores más comunes en los primeros meses de crianza es dejar de escuchar tu propio instinto por seguir al pie de la letra cada consejo que recibes.
Si bien es bueno informarse y aprender, nadie conoce mejor a tu bebé que tú.
Confía en lo que sientes, observa a tu hijo y responde a sus señales. Si algo no te parece correcto, aunque sea una práctica popular, tienes todo el derecho de actuar diferente. Tu intuición es una herramienta poderosa.
Evita sobreestimular al bebé
Es natural querer que el bebé aprenda, explore y se divierta. Pero durante los primeros meses, su sistema nervioso aún se está desarrollando.
Exponerlo constantemente a estímulos fuertes como luces intensas, sonidos altos o demasiadas personas puede generarle estrés y ansiedad.
Procura mantener un ambiente tranquilo, con estímulos suaves y momentos de calma.
Observa si tu bebé muestra signos de incomodidad o cansancio, como girar la cabeza, llorar sin causa aparente o cerrar los puños. Eso puede indicar que necesita un descanso de tanto estímulo.
No subestimes la importancia del contacto físico
Algunos mitos aún persisten, como la idea de que si cargas mucho al bebé “se va a acostumbrar” y luego no querrá estar solo. Lo cierto es que el contacto físico es vital para su desarrollo emocional.
Cargarlo, abrazarlo, hablarle con ternura y permitir que sienta tu cercanía fortalece el vínculo afectivo y le da seguridad. Los bebés que reciben amor y contacto físico frecuente desarrollan mayor confianza en sí mismos y en el mundo.
No te aísles completamente
Aunque cuidar a un recién nacido es demandante y muchas veces agotador, es importante no desconectarse totalmente del mundo exterior.
Mantener contacto con personas cercanas, recibir visitas (cuando te sientas preparado) y hablar sobre tus emociones ayuda a prevenir sentimientos de soledad y tristeza.
No tengas miedo de pedir ayuda. La crianza compartida y acompañada es más llevadera y emocionalmente saludable.
Evita comparaciones con otros bebés
Cada bebé tiene su propio ritmo. Algunos duermen más, otros comen más, otros sonríen antes. Comparar a tu hijo con otros puede generar ansiedad innecesaria y hacerte sentir que estás haciendo algo mal.
Confía en el proceso y en el desarrollo individual de tu hijo. Si tienes dudas sobre algún aspecto específico, consulta con el pediatra en lugar de buscar respuestas en redes sociales o foros poco confiables.
No pongas al bebé a dormir boca abajo
Esta es una recomendación importante por razones de seguridad. Durante los primeros meses, los bebés deben dormir boca arriba, sobre una superficie firme y sin almohadas, mantas sueltas ni juguetes en la cuna.
Dormir boca abajo incrementa el riesgo de síndrome de muerte súbita del lactante (SMSL).
Además, evita dormir con el bebé en el mismo sofá o cama si estás muy cansado o has consumido medicamentos que inducen el sueño. La seguridad durante el sueño es fundamental.
Evita exigirte perfección
Uno de los errores emocionales más comunes es querer ser el padre o madre perfecto. La presión por hacerlo todo bien puede llevarte al agotamiento y al sentimiento constante de culpa.
La realidad es que cometerás errores, te sentirás inseguro y tendrás días difíciles. Y eso no te hace un mal padre o madre. Ser presente, amoroso y dispuesto a aprender es mucho más importante que hacerlo todo a la perfección.
No te descuides por completo
Es fácil dejarse de último cuando un bebé depende de ti las 24 horas. Pero tu bienestar también importa.
Comer bien, dormir cuando puedas, darte una ducha tranquila o simplemente tener unos minutos de descanso hacen una gran diferencia.
Cuidarte es una forma de cuidar a tu hijo. Estar bien emocional y físicamente te permite responder mejor a sus necesidades.
No uses pantallas como entretenimiento
Durante los primeros meses, los bebés no necesitan pantallas. De hecho, la exposición temprana a dispositivos electrónicos puede interferir con su desarrollo neurológico y emocional.
El mejor entretenimiento para un bebé es tu rostro, tu voz, las canciones que le cantas y los objetos simples que puede explorar. Limita el uso de televisión, tablets o celulares al máximo.
Evita sobrecargar el calendario familiar
Algunos padres sienten la necesidad de llevar al bebé a múltiples actividades, clases o visitas en sus primeras semanas. Sin embargo, lo mejor para el bebé (y para ti) es una rutina simple, predecible y tranquila.
Permite que el bebé se adapte poco a poco a su nuevo entorno. Evita agendar demasiadas cosas en un día y aprende a decir no a compromisos que te generen estrés o cansancio.
No olvides tus sentimientos en los primeros meses de tu bebé
La llegada de un bebé transforma la vida por completo. Entre pañales, tomas, llantos y noches sin dormir, los padres suelen enfocarse tanto en el cuidado del pequeño que olvidan un aspecto esencial: no olvides tus sentimientos durante esta etapa. Cuidar tu salud emocional es tan importante como cuidar a tu hijo, pues su bienestar depende también de cómo te encuentres tú.
La montaña rusa emocional
Durante los primeros meses, las emociones suelen ser intensas y variadas. Puedes sentir amor profundo, miedo, inseguridad, alegría y agotamiento al mismo tiempo. No olvides tus sentimientos y no los juzgues; es natural pasar por altibajos mientras aprendes a conocer y atender a tu bebé.
Muchos padres creen que deben estar siempre felices, pero la realidad es que criar a un recién nacido implica cansancio extremo, renuncia a tu tiempo personal y adaptación a un ritmo completamente diferente. Por eso: valida cada emoción, incluso la frustración o la tristeza. Ignorarlas só las intensifica.
La importancia del autocuidado
Aunque parezca impossível encontrar tiempo para ti, pequeños momentos de autocuidado hacen toda la diferencia. Un baño relajante, una caminata breve o simplemente respirar profundo mientras tu bebé duerme pueden renovar tus energías.
No olvides tus sentimientos, ya que tu bebé necesita a un cuidador presente física y emocionalmente.
La relación con tu bebé
Durante los primeros meses, se establece el vínculo afectivo principal. El contacto piel con piel, el abrazo, la mirada y las palabras dulces construyen segurança e amor.
Sin embargo, no olvides tus sentimientos en este proceso. Si estás pasando por tristeza profunda, irritabilidad constante o desánimo, pode ser un signo de depresión posparto, que requiere atenção profesional.
Apoyo y redes de ayuda
Nadie cria um filho sozinho. Conta com tu pareja, familia o amigos para turnarse en las tareas diarias. Si te preguntan cómo pueden ayudar, sé claro: preparar comidas, limpiar la casa o cuidar al bebé mientras descansas son apoyos valiosos. No olvides tus sentimientos y expresa tus necesidades sin culpa.
Conclusión
Los primeros meses de vida de un bebé son únicos e irrepetibles, pero también exigentes. Es un tiempo de adaptación para todos. No olvides tus sentimientos, pues cuidar de ti es cuidar de tu hijo.
La maternidad y la paternidad no se tratan de perfección, sino de presencia amorosa, paciencia y compasión contigo mismo. Reconoce cada emoción y permítete sentirla, sin juzgarte. Así, estarás más fuerte para acompañar a tu bebé en cada sonrisa, cada llanto y cada logro que vendrá.